Hoy entra en esta Habitación: la polifacética Kerana. Pero en realidad, ella ha estado en
mi habitación particular desde que tengo uso de razón o casi. Amigas de
infancia, la cantidad de noches que hemos pasado juntas dentro de una cueva
subterránea (bodega de vino para los ajenos), son innumerables. Y este tipo de
amistades siempre perduran por mucho que la distancia nos separe. Podría contar
muchas batallitas pero no es momento ni lugar, así que os dejo con su aportación a nuestro especial. Esta
vez, la artista, no sólo ha hecho el escrito si no también el maravilloso dibujo que lo ilustra. (Ultramarinos Bodeler)
Cuando era pequeña me regalaron un cuento que se llamaba “El hombrecito vestido de gris”, de
Fernando Alonso. Trataba de un hombre con su traje gris, su sombrero gris, su
vida gris, que se levantaba siempre a la misma hora y se dirigía a su gris
oficina por las calles grises de una gris ciudad. Pero por dentro era de
colores, porque estaba lleno de música.
Luego crecí y me convertí en una gris funcionaria, rodeada de compañeros
grises. Pero últimamente a algunos se nos desborda nuestro arco-iris
secreto, porque nos hemos dado cuenta de que nuestra seguridad laboral es
falsa, de que todo es frágil y temporal, de que hay que ser flexible, vivir al
día, aprender un oficio. Y hemos recuperado nuestro talento, nuestros sueños,
los que enterramos bajo la montonera de leyes que tuvimos que estudiar para la
oposición.
Una bailarina, una creadora de dibujos animados, una artesana, un
campesino. Somos oficinistas, pero en nuestro interior suena El lago de los
cisnes, se persiguen Tom y Jerry, se diseña un broche o se miran las
nubes a ver si traen granizo.
Pueden tratar de empeorar nuestra
vida gris, pero no importa, porque tenemos otra.
Kerana
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