27 de enero de 2014

Mudanzas


Trist el que mai ha perdut una casa per amor. Triste el que nunca ha perdido una casa por amor.

Esta frase la llevo tatuada a  fuego sobre mi brazo y cuando echo de menos el mar y la brisa pegajosa de la nostalgia se cuela por mi ventana me remango la manga de la blusa y mis ojos se cercioran de lo que realmente es importante, lo poco y mucho que se salvó del naufragio del devenir, todo lo que cabe en la palma de mi mano, todo lo que la mirada atenta abarca.

Llegan tiempos de mudanzas.

Transportarse a nuevos espacios, renovadas promesas de cosas por hacer, horizontes por dibujar.

Cerrar el baúl de lo que queda atrás y no echarle cuentas.

Dejarse llevar hacia el camino de ladrillos amarillos, a un Oz por descubrir.

Dar espacio a lo nuevo, a lo que está por construir con las propias manos y tesón. A lo inesperado.
 
Llegan tiempos de mudanzas. Enero dará paso a febrero.  El invierno a la primavera luminosa.
 
 

Darrere les paraules només et tinc a tu.

Trist el que mai ha perdut

per amor una casa.

Trist el que mor envoltat de respecte i prestigi.

Jo em crec el que passa en la nit

estrellada d’un vers.
 

Dona de primavera.    Joan Margarit
 

Viridiana
 

20 de enero de 2014

Contra las hemorroides: Gamonal

Érase una vez un barrio cualquiera, de una ciudad cualquiera, perdida en las vastas tierras de Castilla, famosas por aguantarlo casi todo en silencio. No es casualidad que una de las jotas más famosas sobre la rebelión de los Comuneros rece “desde entonces ya Castilla no se ha vuelto a levantar”.


Quién nos iba a decir que íbamos a tener una semana en televisión a la ciudad de Burgos de protagonista por su revuelta vecinal. Esta vez no ha sido por la singularidad de su catedral ni por las gestas del Cid sino por la movilización de muchos de los vecinos del barrio burgalés de Gamonal.

Resumiendo el cuento: Empeñado en hacer obras estaba el Alcalde, pero éstas no eran precisamente de valde. Para este menester incierto contrató a un constructor experto y gran amigo, por cierto. Cuál fue su sorpresa, cuando las obras y el precio ya estaban sobre la mesa, el taladrador dispuesto y los obreros con el casco puesto, que los vecinos descontentos,  propusieron movimientos y hete aquí el follón pues nadie esperaba semejante rebelión. La prensa se presentó cuando la violencia explotó, pues ya saben los juglares  que la chicha vende más que la razón en estos lares.

¿Qué es lo que hace encender la chispa de la acción colectiva? ¿Qué es lo que moviliza a ciudadanos normalmente apáticos? Aquí podríamos poner teorías muy interesantes de varios politólogos pero no hay tiempo, ni espacio. Lo cierto es que la señora Blasa que va a comprarle el pan al señor Nicéforo, el estudiante que ha suspendido tres en cuarto de la E.S.O, el parado que busca pero no encuentra, el frutero de la esquina y al que no le llega para pagar el aparcamiento, han dado ejemplo de participación ciudadana. 


Todos ellos, en ejercicio de democracia, más allá de votar cada cuatro años,  también quieren hacerse oír y salir a la calle a decir que esa obra les parece un despropósito en tiempos de ajustes. Vamos que,  haciendo caso a lo que tanto nos repetían a modo de regañina: no queremos vivir por encima de nuestras posibilidades. 

No penséis que me olvido de incluir en la lista de vecinos al personaje que aprovecha para meter bulla y quemar contenedores, haberlos hailos y no son recomendables, pero que cuatro gatos la líen no es excusa para desacreditar a todos los demás acusándoles de violentos, radicales y ácratas tiranos (lo de hacer oídos sordos algún día os explotará en las manos).


El fin del cuento, por el momento, es que el Alcalde ha dado marcha atrás ante la movilización de la gente. Entonces, ¿SÍ SE PUEDE influir en las decisiones de aquellos que nos gobiernan en nombre de otros? Quizás el Consistorio haya recordado para quién está haciendo política, quizás se anime a organizar consultas para que todos los vecinos (los que estén en contra y los que estén a favor) se pronuncien sobre lo que les afecta más a menudo. En política local es más asequible la participación directa a través de consultas y muy útil para empezar a reclamar más responsabilidad a los gobernantes pero también para empezar a ser ciudadanos más responsables con lo que nos rodea.


Érase una vez, la ciudad de Burgos,  sobresaliente y despierta, convirtióse en ejemplo para todas las ciudades, pueblos y rincones. Esta pequeña ciudad ha salido en los periódicos internacionales, muchos han puesto a Burgos en el mapa, sorprendiendo a los escépticos que pensaban, no sin pruebas, que a los castellanos no les va mucho lo de alzar la voz. Pues al final resulta que Ancha es Castilla, Burgos existe y para muestra un botón.
Moraleja: Contra las molestas hemorroides que nos aquejan en estos tiempos: GAMONAL.

Ultramarinos Bodeler

13 de enero de 2014

La inclusión excluyente


 
De mi experiencia docente que no es mucha contada en años, pero sí intensa en cuanto la complejidad de la labor y lo inabordable de determinadas circunstancias, puedo dar fe (si es que algo de este don habita en mí) que algunas políticas educativas de antaño y con mayor proporción las contemporáneas, se disfrazan con sus mejores galas para competir por el podio de la igualdad y la eficiencia, llevando como bandera el concepto de inclusión (tan de moda por una buena parte del globo terráqueo), mientras que lo único que realmente están haciendo es condenar a miles de jóvenes a los eslabones más bajos de una marginalidad premeditada por un sistema que divide y reafirma categorías de seres humanos por doquier.

En la última jornada institucional a la cual asistimos l@s docentes que trabajamos para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, nos informamos de una nueva propuesta de reforma impulsada desde las altas cúpulas para en nombre de la inclusión, revertir el fracaso escolar y hacer un poco más transitable (por no decir fácil) el pase de año dentro del nivel secundario. Es decir, que en vez de pasar de año con dos asignaturas previas (suspendidas), l@s alumn@s puedan tener la posibilidad de pasar con tres previas, entre otras “ayudas”. Según su retorcida lógica, bajar el nivel de exigencia y esmerarse por ir en detrimento de la calidad educativa, son dos requisitos indispensables para “incluir”. No importa realmente con qué contenidos, herramientas y habilidades terminan l@s alumn@s la escuela, lo que realmente cuenta es que tengan un título secundario… ¿para qué?
 
Est@s geni@s de la educación, artífices de políticas verdaderamente excluyentes, lo que en el fondo buscan con sus perversos propósitos, es bajar los índices de fracaso escolar para llenarse la boca con estadísticas vacías que anuncian altos porcentajes de alumn@s escolarizad@s. Su rédito político está en pasarse horas en los medios de comunicación exhibiendo números que dejan contentos solo a quienes no saben interpretarlos.  

Aquell@s que esferas arriba nos “orientan” y aconsejan cómo actuar, son quienes poco transitan las aulas y nulo contacto tienen con aquellas familias que nuestro sistema económico se ocupa de esclavizar, fragmentar y apalear. Representando esta ideología hipócrita y a mi entender, verdaderamente maligna, una funcionaria experta en “fortalecimiento institucional” me argumentaba que no era necesario sumar más horas en clases de apoyo o vinculadas a metodología de estudio, ya que l@s alumn@s no asisten a ellas. Es mejor bajar el nivel de exigencia, cambiar el sistema vigente para que puedan pasar de año sin tantos inconvenientes, que empeñarnos en hacer que l@s jóvenes aprendan más y mejor.

Lo cruel de todo esto es que est@s funcionari@s no se preguntan por qué l@s alumn@s no asisten a esas clases, qué es lo que está pasando dentro de sus familias, de su entorno social y del conjunto de la sociedad que hace que cada vez en las aulas se vea menos el culto al trabajo, la responsabilidad, el respeto, la organización, la solidaridad, la tolerancia, el esmero, etc. Est@s polític@s que a veces cuadriplican el salario de cualquier docente, buscan incluir excluyendo. Se regodean aludiendo sus altos conocimientos en materia de derechos humanos argumentando que es mejor que “un/una joven esté dentro de la escuela, que no en la calle delinquiendo”. Y así, las escuelas públicas funcionan como meros receptáculos temporarios de jóvenes mayormente provenientes de clases pobres, sirven para evitar que es@s chic@s durante unas horas al día no estén drogándose o robando, aquí radica la funcionalidad de la escuela pública en la actualidad.

Si aprenden, si se forman como ciudadan@s crític@s que pueden el día de mañana revertir un modelo que los oprime y margina, eso carece de interés y por el contrario, debe combatirse. Ciudadan@s con poca interacción neuronal es lo que desean fomentar l@s paladines de la “inclusión”. Aquellas familias que puedan costear una escuela privada donde abunden las clases de apoyo, donde el nivel de exigencia sea alto y las horas dedicadas al estudio y al trabajo proliferen por sobre las “horas libres por ausencia de profesores/as o suplentes” serán aquellas que estarán más capacitadas para jugar a la ruleta rusa posmoderna.

Sepan est@s polític@s criminales que tener un título secundario no es lo que realmente hace la diferencia en este mundo antaño globalizado, tener la inteligencia y habilidades necesarias para enfrentar una vida que desde la base es desigual, injusta y por momentos asfixiante, es lo que a much@s les dará la posibilidad de salir a flote. Con cerebros sedentarios poco camino recorreremos en pos de la justicia social.

 

Vespertina Incrédula

 

 

5 de enero de 2014

Sí se puede


 
Carta inacabada a los Reyes Magos de Oriente,

siempre se quedan anhelos en el tintero,

que ni alcanzamos a nombrar.


Deseos profundos que se desvancecen,

en el transcurrir veloz de los años

y en la lentitud de la indecisión.


Ser o tener.

Sacos de resplandencientes esperanzas

o  llenos de ladrillos.


Movimiento o raíces.

Fluir en un presente por hacer

o aferrarse al recuerdo perfecto.


Sí se puede, se oye en las calles,

a ritmo de batukada.

Sí se puede,

el corazón late con fuerza.


Empiezo a escribir la carta,

sí se puede,

dar un paso hacia delante,

y saltar el cerco.
 

SÍ SE PUEDE.
 


Viridiana, texto y collage
 
 
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