Cada día al abrir la nevera veo este cartel. En realidad anuncia el Festival BarnaSants de hace unos años, pero yo lo recorté porque me gustó su significado político. En su día lo colgué con mucha ilusión y bastante esperanza pero con el tiempo se ha convertido en otro ejemplo de mi inocencia.
Corría el 2008 cuando, en Estados Unidos, quedaron en bancarrota diversas entidades financieras a causa de los problemas en el mercado de las hipotecas. Aún así, podemos afirmar que el pistoletazo mediático de salida de la crisis fue la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers que causó la intervención del gobierno de USA en el otrora desregulado mercado de capitales, con la inyección de miles de millones de dólares para salvar su economía.
Así, los más utópicos pensamos que el Sr. Marx no yacía por siempre en su tumba. No, no, el muy canalla estaba de parranda!! y con sólo enviarle un WhatsApp de estos modernos o un SMS si me apuras, volvería con energía a primera línea de fuego para aplicar sus teorías; actualizadas, eso sí y batallar con los monstruos de la finanzas.
Supusimos que iban a poner orden en esta casa de tócame Roque sin control ni regulación, recuperando también antiguas tesis del keynesianismo adaptadas a la época actual, porque el mundo pedía a gritos una solución y esta tenía que pasar por el intervencionismo estatal y la regulación del mercado de capital. Fue entonces cuando recuperé mi confianza en el sistema y una mañana de otoño colgué este cartel en mi nevera, puse a tostar pan para el desayuno y pensé en lo que nos depararían los nuevos tiempos.
Tres años más tarde, amigos, aquí estamos. Nada más lejos de lo que pensé frente a mi tostada mañanera. ¿Cómo es posible? Aquel intervencionismo que asomaba detrás de la rendija no fue nada más que una recapitalización de bancos con dinero público. La soñada regulación de los mercados acabó siendo una dictadura de éstos contra el mundo. Estamos viviendo dentro de un chantaje cotidiano, al que nuestros gobernantes se doblegan con reverencias.
A dos semanas de las elecciones generales en España, mi médico me ha recetado no leer periódicos ni mirar telediarios. No vaya a ser que ese teatro del esperpento me contamine. ¿Qué fuerza tiene mi voto ahora? En estos tres años han asesinado sin nocturnidad, pero con mucha alevosía, la capacidad de decisión de la ciudadanía.
Así las cosas señores, disculpen pero la inocencia la he perdido y la esperanza también. En cuanto a Don Karl Heinrich Marx no estaba de parranda, no. Estaba muerto y bien muerto.
“REQUIESCAT IN PACE”.
....y ya de paso ( por esto de lo de ahorrar) haremos sitio en su tumba para la Democracia.
Ultramarinos Bodeler
Desde el mismo desengaño pongo flores en su tumba y os mando unos versos de Ángel González:
ResponderEliminarQuise mirar el mundo con tus ojos
ilusionados, nuevos,
verdes en su fondo
como la primavera.
Entré en tu cuerpo lleno de esperanza
para admirar tanto prodigio desde
el claro mirador de tus pupilas.
Y fuiste tú la que acabaste viendo
el fracaso del mundo con las mías.
Muy buenos los versos, leeré más sobre este autor.
ResponderEliminarY muchas gracias por seguirnos y participar.
Tendremos que adivinar tu identidad, pq con lo de "Hasta de perfil" no nos das muchas pistas jajajja.