Estoy escuchando a Bon Iver. Voz penetrante, aguda, triste, me pareció la primera vez que lo escuché.
Me desconcertó. Me acercó su melancolía hermanada con mi querido Neil Young.
Su voz herida se expande como un eco. Constante. Cortante. Quizás no sea lo mejor para escuchar estos días, pero si la dejas entrar, se queda, impregna las tardes de este invierno, que ha decidido hacer honor a su nombre.
Bon Iver es Justin Vernon. Bon Iver, es un grupo de éxito, premiado su segundo disco en los pasados Grammys como mejor álbum de música alternativa y como mejor nuevo artista. Holocene, una de sus canciones más bellas. Más cristalinas.
Se autoprodujo su primer álbum, For Emma, forever ago, grabándolo en su mayor parte durante esta estancia, sin más andamio que sus propios recursos.
Se aisló, quería estar donde hiciera frío,
lejos de todos,
pero se encontró que no podía alejarse de si mismo,
y la música fluyó y cristalizó.
Mientras Vernon estaba convaleciente en la cama, recuperándose y ensoñando notas y melodías, se dejo acompañar por los excéntricos y maravillosos personajes de la serie Doctor en Alaska. Y es de ahí de donde viene el nombre que decidió poner a su nuevo proyecto.
Bon Hiver, se desean en Cicely tras las primeras nevadas, en uno de los capítulos.
Buen invierno a tod@s.
Que buenas fotos !!!!, muy inspiradoras !!! y preciosas palabras Viridiana !!! los que amamos el invierno nos sentimos halagados =)
ResponderEliminarMuchas gracias Ita!!! que la primavera esté a la vuelta de la esquina hace de estos últimos días invernales un gustazo. Un besote!
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