12 de diciembre de 2011

3 Emilys, 1 Brontë. O cómo imaginar a Emily Brontë en 3 pinceladas...

Ella habitaba en Gondal, su país imaginario. Cada tarde junto a su hermana Anne, viajaba hacia la isla del Pacífico Sur para crear nuevas historias y soñar con otra vida, lejos de todo el sufrimiento que las rodeaba de muerte y enfermedad. En Gondal, las pérdidas y el dolor no pesaban tanto. Allí, reinaban los héroes, los soldados de madera, las aventuras y la fantasía. Esa que escaseaba en su colegio pupilo, esa que pudo conocer solo a través de su imaginación. Todo lo que Emily callaba, cobraba vida en Gondal. Todo lo que ella se negaba a comer, alimentaba de sobras a su mundo interior. Con Anne, jugaban y reían lejos de los castigos  y las culpas. Ambas eran dueñas de algo que nadie les podía quitar: la ilusión. En Gondal, Emily se había permitido ser felíz.Allí nada ni nadie podría hacerla llorar.
 

Ella habitaba en Gondal, su país imaginario. Silenciosa y oculta, se dedicaba a retratar un mundo que para muchos, resultaba imperceptible. Emily y sus huelgas de hambre, manifestaban algo más que su relación con la comida: la oralidad que no florecía, era el combustible necesario para escribir. Aislada geográfica y emocionalmente, tuvo la sensibilidad suficiente para describir al amor y sus contradicciones, a pesar de no haberlo podido experimentar a viva piel. Su corta vida estuvo marcada por el dolor, las pérdidas y el miedo. Ella pensó inocentemente, que cuando le tocara dormir, lo haría sin identidad…

Ella habitaba en Gondal, su país imaginario. Cada día, junto a su hermana Anne, se las ingeniaba para recrear una nueva aventura, plagada de héroes y leyendas. A Emily no le alcanzaban las hojas para escribir todo lo que su poderosa mente imaginaba. Las horas se le hacían demasiado cortas, y su deseo de soñar con mundos nuevos, inacabable. Los páramos que rodeaban su casa, también existían en Gondal.Pese a su áspera apariencia, Emily veía en ellos seres cargados de magia y vitalidad. Los páramos eran tan acogedores como su país inventado. En Gondal, ella no solo era felíz, era la protagonista de su propia historia. Esa que la vida real no le dejó ser, esa que la escuela imprimió de castigos y maltratos, esa que las enfermedades familiares tiñeron con dolor. Pero Gondal, estaba muy lejos de todo eso, y por ello, Emily lo había elegido como su lugar, su país.

Laurencia Melancolía

2 comentarios:

  1. Muy hermoso, Laurencia. Las hermanas Bronte nos iluminan con sus letras imperecederas en el bosque. Besos

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