Se queman los minutos. Empieza la cuenta atrás del 2011. ¿Cómo detener las agujas del reloj? María piensa en como le pasan los años y siente un opresión en el pecho. En su mente, la imagen de cuando cumplió treinta y tantos. Ahora, una imagen apagada en un escaparate le devuelve a la realidad. Empuja su carrito de correos con lentitud, con la mano derecha. En su mano izquierda, un cigarrillo, uno de los cinco cigarrillos que se fuma cada mañana. Es su ritual.
Se queman los minutos, y la jornada transcurre lenta, organizada, predecible. En el portal de la calle Alevosía número 75 se encuentra con Carmen, la portera, su pitillo sin encender entre los dedos. Se detiene a charlar con ella, como cada mañana, y fumarse su cuarto cigarrillo, en compañía. Carmen le cuenta que le quedan ya pocos años para jubilarse y que no ve el momento, cada vez más cuesta arriba el edificio, sus dos escaleras, ahora han puesto ascensor, cada inquilino, hijo de su padre y de su madre. Coloca las cartas, las postales en los buzones y continúa su camino. El día parece no acabar nunca.
"SOL" POR WILLIAM BLAKE |
María se detiene en la plaza de
Viridiana
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