Leyendo el post que publicó Viridiana días pasados,
invitándonos a pensar sobre nuestros mapas mentales y gráficos, acerca de cómo las
personas repartimos el mundo, se reabrió en mí una inquietud, que duerme desde hace un
tiempo, en mi habitación de las dudas capitales.
¿Por qué los sudamericanos hemos perdido el derecho a que
nos consideren americanos? No son solo los habitantes de EE.UU quienes se
llaman a ellos mismos “americanos”, obviando que comparten ese calificativo con
el resto de habitantes que viven desde el sur de sus fronteras hasta Tierra del
Fuego. Pese a mi asombro, allí en la madre patria, suelen catalogar de “americanos”
a aquellos que viven en los EE.UU, canadienses y latinoamericanos excluidos, of
course.
Me llamó la atención sobre todo que sea aquella potencia
colonizadora que “descubrió” el continente, cuya denominación honra a Américo
Vespucio, y que dejó tras de sí los cimientos de los patrones culturales,
sociales, económicos y políticos que hoy rigen nuestra tierra, quien haya
otorgado el privilegio de denominar "americanos" solamente a una parte de quienes
habitan América. Veo que se perdió algo más que Cuba, y España cedió en el
campo de la semántica, humillada en su pérdida, aquel vasto territorio que
antaño la consagró.
Esos mapas mentales de los cuales nos hablaba Viridiana, hacen mención también de las distintas geografías que pensamos y enseñamos.
Ejemplo de esto es considerar a Sudamérica un continente, cuando es en realidad,
un subcontinente perteneciente al continente americano. Sin embargo, “sudamericanos”
es un calificativo muy utilizado a la hora de referirnos a los habitantes de
esta porción de Tierra. Menos fama tiene la de “sur-europeos o europeos
occidentales” para aludir a los habitantes de España o Portugal. La
denominación más común es la de “europeos” a secas. Ellos viven en el mismo
continente que habitan suecos, franceses, letones y griegos. En cambio, los “sudamericanos”
muchas veces tenemos que recordar que también somos americanos, que
pertenecemos a un territorio más vasto que a una subdivisión.
¿Por qué de ese lado del mapa, desde aquella otra parte
del océano y del Norte, insisten en denominarnos de acuerdo a subdivisiones continentales?
Otro dato interesante que también suele quedar bastante
sepultado, es que los mexicanos también son norteamericanos. ¡Vaya sorpresa!
Pero así es. De acuerdo a la amplia mayoría de los manuales de Geografía,
América del Norte está integrada por 3 países: Canadá, EE.UU y México. A partir
de Guatemala e incluyendo Panamá tenemos América Central, y desde Colombia
hasta Chile-Argentina nos encontramos con la famosa Sudamérica. Aquella a la
que se suele hacer referencia cuando alguna persona cuenta que visitó cuando
estuvo de vacaciones en Cuba, Honduras, Puerto Rico o Costa Rica (que por
cierto, no son lo mismo). En realidad, esta persona nunca fue a Sudamérica, a
pesar de que su mapa mental o su ignorancia así se lo indiquen.
La corteza terrestre se mueve. Sabemos que hace millones
de años las masas continentales no estaban dispuestas de esta forma y que
seguramente tampoco lo estén dentro de unos millones de años más. Aunque no lo
percibamos, la naturaleza también cambia y origina movimientos constantes. De
hecho, debido a los movimientos que ocasionan las placas tectónicas, América y
Europa están cada vez acercándose más, corriéndose América unos cuantos centímetros al año en dirección este.
Estos movimientos de la corteza terrestre dieron lugar a la
actual distribución de tierras y masas de agua dentro de nuestro planeta. Quedó
en manos de la naturaleza agrupar la mayor proporción de corteza terrestre al norte
del paralelo 0º del Ecuador. Si miramos un mapa planisferio, nos daremos cuenta
que la mayor cantidad de países del mundo se encuentran en el Hemisferio Norte,
a pesar de que para nuestros mapas mentales ni Colombia, ni Nicaragua, ni Etiopía, ni Camboya nos aludan a él.
En el Hemisferio Sur, hay pocos países y no demasiado
importantes, a excepción de Australia tal vez, y no es de extrañar, encontrar personas
que se asombren cuando uno comenta que en agosto es invierno en Chile, en
Angola, en Botswana y en Paraguay. ¿Qué allá en enero es verano? ¡¿Cómo puede
ser?! Y ahí es donde yo me pregunto si un concepto como el de la rotación de la
Tierra es demasiado complicado o si es que el eurocentrismo y el narcicismo
estadounidense son demasiado fuertes.
La diferencia de estaciones entre ambos hemisferios se da
por el fenómeno de la traslación (la Tierra gira alrededor del Sol y lo hace
inclinada unos 23º en el transcurso de 365 días y unas cuantas horas). Sin esta inclinación, que varía su ángulo cada 27.000 y
tantos años, no tendríamos diferencias estacionales entre Norte y Sur.
Las diferencias en los mapas mentales por su parte,
muchas veces se dan por negligencia y estupidez humana, mezcladas con altas
dosis de soberbia e ignorancia. ¡Agarremos un mapa, y abramos la mente!
Laurencia
Melancolía
Que pequeña me siento viendo esas fotos de la tierra tan hermosas!
ResponderEliminarChicas, tenéis una cosica en dd1984 ;)
ResponderEliminarhttp://www.ara.cat/premium/tema_del_dia/mapa-Al-reves_0_695330520.html
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