No pretendo quitarme la vida ni tampoco estoy de luto.
La tristeza y la angustia no son causa de este artilugio.
Me gusta el negro porque refleja intensidad,
es un color profundo que me permite jugar,
a borrar las fronteras que día a día,
mis hermanos insisten en crear.
Visto de negro no porque tenga un malestar,
es para mí una luz que me permite brillar.
No quiero deshacerme del mundo ni negar su diversidad,
quiero vestir la faceta más sensual y elegante que me
supo dar.
El negro es para mí una perla en la inmensidad,
un refugio donde descansar,
un grito que se niega a callar,
un susurro que invita a soñar.
Aquí estoy eligiéndote una vez más,
¡a vos negro querido!,
vamos juntos a destellar,
en este camino insensato y colorido que nos quiere
marginar.
No le demos importancia y no nos dejemos claudicar,
que vos y yo sabemos,
que para vestir de negro,
hay que saber luchar.
Medea Paracas
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