21 de noviembre de 2012

Manipulación Masiva II

“Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”



Hoy es miércoles, bienvenidos a la segunda parte del programa “¿Cómo tratar de desenmascarar los trucos de la manipulación masiva?”. Os presento los 11 principios de propaganda de Joseph Goebbels, ministro de propaganda (valga la redundancia)  del régimen nacional socialista alemán.

¿Que están anticuados? Nooo!!!! Leed y veréis que los nazis han inspirado a muchos de los que hoy en día nos gobiernan, tanto de derechas como de izquierdas, y su decálogo de propaganda está más de moda que los pantalones de pitillo de los ochenta.


Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo. (Ese enemigo es el culpable de todos nuestros males, si no fuera por él, nosotros que  dicho sea de paso, somos los mejores, no estaríamos tan mal. Uy! este argumento me resulta muy familiar).

Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.  (Lo mismo, enemigo único aunque múltiple a la vez, culpable de todos nuestros males)

Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.  (Véase cada día en televisión y diarios).

Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.  (¿Exagerar la realidad para que el pueblo admita ciertas políticas? El pan de cada día)

Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. (Noam Chomsky está de acuerdo)
                       
Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”. (No hay nada más cierto, los gobiernos repiten ciertas ideas incansablemente que acaban calando en la sociedad como verdades: "la vía de los recortes es la única política posible".  De hecho, todos repetimos bulos o leyendas urbanas como si fueran la única verdad, aunque no tengamos pruebas de ello. O ¿Acaso nunca os han contado eso de:” mi amigo  vivía en un edificio con unos gitanos que arrancaron la puerta para poder meter un burro”?, los chinos en España no pagan impuestos etc..)

Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.  (Eso es de primero del curso CEAC  “cómo ser político y forrarse a base de engaños”)

Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. (sin más)

Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. (¿Alguien puede decirme algún medio de comunicación que no haga eso?  Lo terrible es que los principales instrumentos de propaganda son los medios  públicos y esto indigna, y mucho)

Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.  (farsas y más farsas).

Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. (¿Mitología nacional? ¿prejuicios tradicionales? Mesías de pacotilla, de eso España sabe mucho y sus reinos de taifas también).




Ultramarinos Bodeler

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