Sin
lugar a dudas, una de las más gratas sorpresas que me dejó mi pasado
cumpleaños, fue un libro que recibí como regalo, perteneciente a la colección CIENCIA QUE LADRA de Siglo XXI
Editores. Desconocida por mí, esta colección me abrió las puertas a un mundo
que cada vez me fascina más: el científico.
Los
que venimos del palo de las Ciencias Sociales, todo aquello que nos huela a
números o átomos no solo nos resulta poco familiar, sino también, poco
relevante. Pero poco a poco, y dentro de los límites de mi entendimiento, fui
saboreando las mieles de la naturaleza y sus atrayentes misterios.
CIENCIA QUE LADRA
llegó en un momento en el cual se despertó en mí un interés por comprender por
qué existen las estaciones, cómo y cuándo se originó el universo, qué es lo que hace que cada tanto haya terremotos y erupciones volcánicas y por qué los
humanos nos creemos los relojeros de esta bomba de tiempo que es nuestro sistema solar; dado que de las figuradas 24hs
de existencia que lleva nuestro planeta, recién aparecimos en los dos últimos
minutos de la jornada. Podría decirse que llegó en el momento adecuado y para develarme un
montón de cuestiones, que si bien no son trascendentales, no dejan de llamar mi
transeúnte y ansiosa atención.
Dirigida
por el reconocido biólogo argentino Diego Golombek e impulsada también desde el diario La
Nación, esta colección de divulgación científica nos trae a la mesa una serie
de temáticas diversas en un lenguaje accesible y divertido, dando lugar y
palabra a numerosos científicos que suelen quedar al margen de las noticias más
relevantes que se difunden en nuestra sociedad. Una apuesta para que la ciencia
se mude de los laboratorios y comience a invadir un poco más aquellos hábitats que otrora le resultaban desconocidos. Un puente para acercar posiciones y
también compartir conocimientos, para derribar mitos sobre lo aburrido, extraño e
inexplicable. Un espacio de formación e entretenimiento para jóvenes y adultos,
que sin contar con grandes conocimientos científicos, pueden disfrutar de todo
aquello que la ciencia tiene para contarnos.
En
palabras de Golombek, esta colección “está
escrita por científicos que creen que ya es hora de asomar la cabeza por fuera
del laboratorio y contar las maravillas, grandezas y miserias de la profesión.
Porque de eso se trata: de contar, de compartir un saber que, si sigue
encerrado, puede volverse inútil. Ciencia que ladra…no muerde, sólo da señales
de que cabalga”.
Laurencia Melancolía
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