Qué decir de BcnDays!, pues que es un señor crack en todos los sentidos, que me encanta reírme del mundo con él y que siempre está ahí cuando le necesitas. Una de sus mil facetas distintas es ser un experto en cine y el 50% del alma del blog www.despuesde1984.es, donde podéis encontrar todo lo que buscáis sobre el séptimo arte desde un prisma muy especial. Hoy, abandona el cine por un rato (un gran logro que me apunto) y nos cuenta una preciosa historia mínima que nos ha emocionado porque, encima, es real. (Ultramarinos Bodeler)
La navidad está a la vuelta de la esquina.
Corren malos tiempos y todos tenemos días en los que es difícil ser optimista.
Las noticias no ayudan, en más de una ocasión he manifestado en un arranque de
profunda indignación “¡ya no miro ni leo más noticias!”, aunque personalmente
nunca termino por completar esa hazaña y sigo atento al martirio constante de
primas de riesgo, rescates, políticas hostiles y desahucios que han invadido
nuestra realidad. Un buen día las amigas de Una habitación propia me ofrecen la
oportunidad de darle la vuelta a mi propósito y no sólo me proponen encontrar
una noticia a destacar del 2012, me piden que la noticia sea positiva. Una búsqueda
de la esperanza, “razones para creer” me dijeron. “¡Qué gran idea, como no se
me había ocurrido antes!” pensé. Si en tantas ocasiones tenemos la sensación de
que la buena suerte nos ha dado la espalda, ¿Por qué no le damos nosotros la
espalda a la mala suerte?
No os podéis imaginar el buen cuerpo que
deja la búsqueda de buenas noticias en la red. Encontré multitud de historias
de superación, esperanzadores proyectos de sostenibilidad, proezas
inimaginables, generosas propuestas solidarias y grandes logros en investigación.
En serio, probadlo algún día, yo ya he aprendido la lección. Además tiene la
ventaja de que la proximidad de la navidad no es un requisito necesario, tenéis
todo el tiempo del mundo para hacer vuestra búsqueda particular de buenas
noticias. Para la ocasión he decidido compartir una historia pequeña, de esas
que hacen recobrar la esperanza en medio de la desolación. Dejo las grandes
gestas para vosotros – yo ya hice los deberes, y pienso seguir haciéndolos – y
me centro en un gesto pequeño pensando en lo que podría mejorar el planeta si
juntásemos o incluso fuésemos alguno de los protagonistas de esas historias mínimas.
Misaki Murakami es un adolescente nipón de
16 años que vive en una de las ciudades de la provincia de Iwate, una de las más
afectadas por el tsunami de marzo del 2011. El tsunami arrasó por completo la
casa donde vivía con su familia y tras la tragedia le ha resultado imposible
recobrar ni una sola de las posesiones.
En abril del 2012 salta la noticia: “Aparece
el propietario de un balón que el tsunami de Japón llevó hasta Alaska”. Un
matrimonio, David y Yumi Baxter, que reside en las afueras de Anchorage,
capital de Alaska encontró en la playa una pelota con la inscripción "Ánimo
Misaki Murakami!" en japonés. La pareja se puso entonces en contacto con
la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense para intentar
dar con el propietario de la pelota. Tras ver en los medios la imagen de la
pelota con su nombre escrito sobre ella, Murakami ha asegurado no tener duda de
que el balón es suyo.
El mensaje de la pelota data de marzo del
2005, 7 años antes. Es un mensaje firmado por alumnos de tercer curso de la
escuela primaria a la que asistía el joven, un regalo de despedida que le
hicieron hace siete años sus hoy excompañeros de clase cuando se disponía a
cambiar de colegio. El adolescente se ha mostrado muy contento por la noticia
ya que es la única pertenencia que ha podido recuperar tras perderlo todo en el
tsunami.
Murakami ha dado las gracias personalmente
por teléfono a la pareja que encontró la pelota, la cual, por su parte, le ha
explicado que tiene planeado viajar a Japón el mes próximo para entregarle
personalmente la pelota.
Por desgracia hay muchos Murakamis en el planeta y
esta noticia, además de provocarnos una sonrisa, nos enseña que también puede
haber muchos Baxter dispuestos a equilibrar la balanza así como también hay
sorprendentes golpes de buena suerte en la vida. Murakami no ha recuperado
todas las pertenencias que se fueron con su antiguo hogar pero seguro que este
detalle ha sido para él la esperanza y energía suficientes para seguir
adelante. ¿No os recuerda a la clásica historia del naufrago y del mensaje en
una botella? ¿Puede llegar ese mensaje al otro extremo del planeta? Los Baxter
y Misaki Murakami nos demuestran que sí. Aunque parezca que todo esté perdido
siempre hay esperanza, y más gracias a los pequeños logros de todos. No soy muy
de fiestas navideñas, pero sí soy de pequeños gestos y de confiar en los demás.
¡Mucha fuerza y que el 2013 nos traiga optimismo, esperanza y muchas buenas
notícias.
BCNDAYS
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