Kerana repite, sobran entonces las presentaciones y también sobran los
motivos. Vuelve siempre que quieras. (Ultramarinos)
Mi familia es grande y poco familiar. Sólo nos juntamos todos una vez al
año, y curiosamente no es en navidades.
Estas reuniones anuales tienen su propio ritual. Primero, la
convocatoria, que se lanza un mes antes para empezar a ajustar fechas. Cada uno
tiene sus compromisos y nunca parece prioritario celebrar el cumpleaños de la
abuela, como si no cayeran ya 84, como si al cantar nos creyéramos la parte “y
que cumplas muchos más”.
Después, la abuela empieza con que si va a ser tan complicado no se
celebra, que a ella le da igual, y acabamos concretando lugar, fecha y hora.
Comemos juntos, los más pequeños aprenden que toda esa gente es su
familia, nos preguntamos por los trabajos, los novios, los coles, y comentamos
lo mal que está todo. Pero en el fondo al vernos nos damos cuenta de lo bien
que estamos todos. Nadie realmente sin trabajo, nadie realmente enfermo, nadie
realmente sin futuro.
Aunque al principio nos pueda el individualismo o nuestras rutinas, de
cada reunión salen las ganas para la siguiente. Como dice la abuela,
“que lo
veamos a otro año”
Kerana
No hay comentarios:
Publicar un comentario