23 de diciembre de 2013

La vuelta


Fue ansiada y temida,
lejana y perceptible,
pensada y soñada.
Pero, el pretexto se
transformó en argumento
y el fundamento,
se perdió en el mar.

A los albores de mi regreso,
cuánto sé yo lo que me espera,
cuánto sabrán ellos,
qué fue de mí.

Y aunque las inquietas aguas
hagan del trayecto una osadía,
quién pudiera sortearlas con ufanía,
quién pudiera partir para no volver.

Hoy marcho con rumbo cierto,
vuelvo al lugar del cual nunca me fui.
Espéreme falso destino,
no sea cobarde conmigo,
no se ría de mí.

Que la espera eterna
me marcó como fuego,
que el llanto que alquiló
mis huesos, aún no se quiere ir.


Laurencia Melancolía


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